África recibe 70 000 prendas sintéticas usadas al año – estudio

16 Feb 2023 Fossil Fashion

Vómito, manchas y pelo animal en las prendas enviadas a Kenia

España envía a Kenia más de 70 000 prendas sintéticas usadas al año que están demasiado sucias o dañadas para reutilizarlas, un hecho que está provocando graves problemas de salud y ambientales para las comunidades vulnerables, según ha revelado un estudio de los registros aduaneros y de las condiciones sobre el terreno.

El estudio, realizado por Clean Up Kenya y Wildlight para la Changing Markets Foundation, destaca la dependencia de la moda rápida a los tejidos sintéticos baratos que no están diseñados para posteriores arreglos ni reciclajes y que cada vez se consideran más como productos desechables. La exportación de ropa usada a los países pobres se ha convertido en una «válvula de escape» para la «sobreproducción sistemática» y en un sigiloso flujo de residuos que deberían ser ilegales, según los investigadores.

VÍDEO (trailer)

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El equipo grabó varias imágenes impactantes de un inmenso vertedero de Nairobi ubicado cerca de varias escuelas de primaria y donde se veían residuos que en algunas zonas alcanzaban la altura de un edificio de cuatro plantas y que terminaban en un río. Los investigadores descubrieron que gran parte de estos residuos eran prendas de ropa fabricadas por H&M, Nike e Yves Saint Laurent.

Según la investigación:

  •     De las 222 960 prendas usadas que se envían cada año directamente de España a Kenia, una de cada tres contiene plásticos y son de tan baja calidad que se tiran o se queman directamente para calentar agua, para cocinar e incluso, al parecer, para alimentar una central eléctrica. La contaminación del suelo, el agua y el aire es significativa;
  •     Los comerciantes kenianos señalan que las prendas están cubiertas de vómito, manchas y pelo animal. Un uniforme de McDonalds todavía llevaba puesta la placa del empleado.  El equipo fotografió una prenda de M&S con la etiqueta «reciclaje con Oxfam» mientras se quemaba para tostar cacahuetes;
  •     Las empresas de reciclaje que forman parte de Fashion for Good y Textiles 2030 están comercializando grandes volúmenes de ropa usada, y sostienen que las reclamaciones de sostenibilidad de las organizaciones benéficas que defienden la salud, la infancia y el desarrollo internacional son meras «promesas vacías»;
  •     La cantidad de ropa usada que se envía cada año a Kenia desde todo el mundo ha aumentado drásticamente en los últimos años y actualmente alcanza las 17 prendas por ciudadano keniano, de las cuales 8 no pueden aprovecharse.

Probablemente, el alcance real del problema sea mucho mayor, ya que el estudio se centra exclusivamente en las exportaciones directas a Kenia. Muchas de las prendas usadas que los países europeos exportan pasan por una red de países europeos e internacionales donde se recogen y clasifican, de modo que es imposible hacer un seguimiento. La organización Changing Markets ha señalado que debería mejorarse la transparencia para tomar medidas enérgicas contra este «blanqueo» de ropa usada.

El día anterior a la London Fashion Week se publicó un informe sobre el estudio titulado Trashion, the stealth export of waste plastic clothes to Kenya. La organización Changing Markets culpa al sector de generar una explosión de ropa de baja calidad [1] y de intentar ocultar las consecuencias con una serie de afirmaciones éticas en gran medida engañosas. Según el estudio, las marcas deberían estar obligadas a pagar por los residuos que generan y la ropa debería diseñarse de forma que sea sostenible. Está previsto que la UE proponga medidas en este sentido antes del verano.

El estudio concluye que el comercio de ropa usada es una evidente laguna en un acuerdo legal de 2019 orientado a impedir que los países más ricos viertan residuos plásticos no reciclables en los países menos ricos. En la actualidad, más de dos tercios (un 69 %) de los productos textiles están fabricados a partir de materiales sintéticos, como el nailon y el poliéster.

Los registros aduaneros muestran que los mayores exportadores directos a Kenia de ropa usada en Europa en 2021 fueron Alemania, Polonia y el Reino Unido. La mayoría son donaciones y este comercio se ha convertido en una importante fuente de ingresos para algunas organizaciones benéficas. Los Países Bajos y Bélgica actúan como centros de recogida y distribución de grandes cantidades de ropa usada procedente de países europeos más grandes.

Según ha declarado Betterman Simidi Musasia, fundador y mecenas de Clean Up Kenya: «Fuimos a la zona cero del mundo de la moda rápida para destapar una horrenda verdad: el comercio de la ropa usada procedente de Europa es, en gran medida y cada vez más, un comercio de residuos ocultos. Esto se conoce como el colonialismo de los residuos y se supone que es ilegal. Una gran parte de la ropa que muchas personas donan con las mejores intenciones a las organizaciones benéficas acaba así. ¿Por qué? Porque la base de la industria de la moda rápida es el plástico y la ropa fabricada a partir de materiales sintéticos es básicamente basura. Los países como Kenia son la válvula de escape de esta moda rápida. Los comerciantes compran la ropa a granel a ciegas y luego se ven obligados a tirar una gran parte porque no es aprovechable. En realidad, nuestra adicción a la moda rápida está contaminando el suelo, el aire y el agua de los países más pobres como Kenia».

Según George Harding-Rolls, responsable de campañas en Changing Markets Foundation: A menos que la industria de la moda cambie radicalmente, lo que hemos visto en Kenia y en todo el mundo será solo el principio. La solución no pasa por cerrar el comercio de la ropa usada, sino transformarlo. Reciclar no es la solución para salir de este problema. Esta industria tan hedonista necesita normas y límites. Por eso, agradecemos la visión propuesta por la UE. Debería ser exhaustiva e incluir objetivos estrictos de reciclaje y reutilización, así como impuestos sobre el plástico para que la moda se oriente hacia tejidos sostenibles de mayor calidad. No se puede permitir que las empresas de reciclaje se escondan tras sus promesas vacías, se les debería prohibir exportar ropa basura».

FIN

 

El informe está disponible bajo embargo aquí. Una vez que se levante el embargo, se publicará aquí: www.changingmarkets.org/fossilfashion

Las imágenes y el vídeo están disponibles bajo embargo aquí.

Puede leer más información sobre el estudio de la fundación Changing Market Foundation en torno a la moda rápida y su dependencia al plástico aquí.

 

Notas

[1] Entre el 2000 y el 2014, la producción mundial de ropa se duplicó y se espera que casi vuelva a duplicarse en la próxima década. En todo el mundo, compramos un 60 % más de ropa que hace 15 años, pero conservamos cada prenda la mitad de tiempo. Los consumidores tratan las prendas de menor precio casi como productos desechables y se deshacen de ellas después de usarlas solo siete u ocho veces. El reciclaje en circuito cerrado, que transforma la ropa vieja en nueva, está presente en solo un 1 % de todos los residuos textiles. Puede consultar las fuentes aquí.

 

Contactos

Ximena Banegas (EN, ES), asesora de campañas en Changing Markets, +44 075 08 02 23 10

Jack Hunter, Changing Markets Foundation communications consultant, +33 7 54 54 35 48

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